Javier Millán y Grupo Bimbo
por: Dra. Patricia Garza Peraza
Prefacio
Conocí a Javier Millán en un evento de la USEM, específicamente en el homenaje a Don Paulino Rivera, aquel día dejó una huella imborrable en mi memoria.
Descendió de un modesto vehículo, pero su porte galante era innegable, incluso antes de conocerlo personalmente. La fortuna quiso que compartiéramos mesa con mis queridas amigas de la USEM, Caro Zertuche y Aracely y fue Caro quien me hizo la revelación: “¿Sabes quién es? Debes leer su libro”. Se trataba de Javier Millán, el mismo que había dirigido los Recursos Humanos de Bimbo durante muchos años. Mi corazón se llenó de emoción, ya que siempre he admirado cómo Grupo Bimbo aplica los principios de la Doctrina Social de la Iglesia en su empresa. Si bien conozco la gran trayectoria de Don Lorenzo (Mi héroe personal) y logré platicar con él en el IMDOSOC poco antes de morir, encontrarme con la persona detrás de la gestión de los colaboradores de Bimbo durante 36 años era “conocer a otro de mis héroes empresariales”, debo decir que aún me falta conocer y platicar con el tercer miembro de mi trio épico Don Roberto, pero me caracterizo por ser positiva y no perder la esperanza.
Días después, Javier Millán y su esposa me invitaron a su casa para tomar un café y conversar. Me acompañó mi querido amigo y Presidente de la USEM, Alfonso Nava. Tras un delicioso momento compartido, surgió la inspiración para escribir el presente artículo sobre mi nuevo amigo Don Javier Millán:
En el bullicioso mundo empresarial de México, donde las empresas surgen y compiten a un ritmo frenético, destaca una figura que trasciende las métricas financieras y las estrategias de mercado. Esa figura es Javier Millán, un hombre cuyo compromiso con sólidos valores y su dedicación incansable a Bimbo empresa que lo vio crecer dejan una huella imborrable en el tejido social y empresarial de México así como en los corazones de quienes tienen el privilegio de conocerlo.
La historia de Javier Millán se teje en el contexto de LA EMPRESA panadera de México, Grupo Bimbo, donde los procesos de amasijo, apresto, boleado y laminado crean la esencia del pan.
Al igual que la corteza que envuelve el pan, la pasión de Javier por su trabajo y su empresa se hizo evidente desde el primer día en que se unió a la compañía. Dirigida por los jóvenes y visionarios Lorenzo y Roberto, esta empresa no solo cosechó éxitos en el mercado, sino que también demostró un profundo interés por las personas y su dignidad.
Javier Millán contribuyó con su liderazgo durante 36 años a la empresa, cuenta Don Javier que cuando llegó el número de colaboradores a dirigir sumaba 10,000 personas. Su compromiso y su enfoque en los valores y la ética se reflejaron en el crecimiento de la compañía. En el día de su merecido homenaje en 2023, Bimbo contaba con más de 136,000 personas, una parte importante se reunió para aplaudirlo y mostrar su aprecio. Este logro no solo habla del impacto de su liderazgo, sino también de su capacidad para inspirar y unir a las almas en torno a un propósito común.
Javier Millán ve cada desafío empresarial como una oportunidad de crecimiento y reflexión, similar a la fermentación en la panadería que da vida al pan.
Su visión de la vida es una expedición llena de aventuras y descubrimientos.
Cada experiencia y obstáculo que ha enfrentado lo ha marcado y enriquecido, sin temor a ser moldeado por la vida misma. Su mentalidad abierta y su perseverancia son claves de su éxito.
Pero Javier Millán es más que un líder empresarial. Es un hombre que valora la masa madre de su vida, su familia, y el afrecho de sus principios éticos, que actúa como agente humectante en su trayectoria. Su lucha diaria ha sido la lucha de un hombre que cree en sí mismo y en lo que más valora en la vida: su empresa y su familia. Su dedicación y lealtad a ambos aspectos de su vida son ejemplos a seguir para quienes buscan un equilibrio similar.
En la actualidad, Javier Millán recibe con cariño los reconocimientos de sus antiguos y nuevos jefes y de todos aquellos que han sido parte de su empresa.
Javier Millán.
Su trabajo es un faro de inspiración para las generaciones más jóvenes y para las nuevas compañías que desean adoptar los principios de la Doctrina Social de la Iglesia. Él entiende que una empresa es más que una entidad económica; es una comunidad de personas unidas por un propósito compartido en su humanidad común.
Don Roberto, el jefe de Javier Millán, solía decir: “Desde el principio nos dimos cuenta de que la empresa la forman los que trabajan en ella, y obviamente los líderes son algo muy importante. Entendimos que los jefes deben ser seleccionados con enorme cuidado.” Estas palabras reflejan la importancia de líderes como Javier Millán, quienes no solo contribuyen al éxito empresarial, sino que también influyen en la cultura de la empresa y en la vida de quienes la integran.
Javier Millán es un hombre que personifica la fusión de la profundidad de la filosofía y el pragmatismo de la alta dirección de empresas, una combinación que se asemeja al proceso de greñar el pan antes de estufarlo. En su retiro, Javier ha encontrado un nuevo capítulo de su vida junto a su esposa, tras 45 años de matrimonio ha descubierto que Dios no reside solo en las alturas del Himalaya, sino dentro de nosotros mismos. Su historia nos recuerda que el amor y los valores son la esencia de la vida, y que al final del día, lo que queda es el amor entre esposos, los méritos de un trabajo honesto y leal, y el silencio que nos acerca a Dios.
En un mundo empresarial que a menudo se enfoca en métricas frías y resultados financieros, la historia de Javier Millán nos recuerda la importancia de mantener firmes nuestros valores y nuestra dedicación a un propósito mayor: el bien común, la solidaridad y la dignidad en la empresa. Como él mismo ha experimentado, tres fuerzas fundamentales mueven al universo: el átomo, la meditación y la oración a Dios. Estos principios pueden ser la brújula que guíe a las nuevas generaciones de líderes empresariales.
Javier Millán.
Es un llamado a la acción para todos aquellos que aspiran a liderar en el mundo empresarial del futuro. Siguiendo el ejemplo de Javier Millán, podemos abrazar la confianza en nosotros mismos y en los demás, asumiendo el riesgo necesario para alcanzar recompensas invaluables. Podemos construir empresas que no solo prosperen económicamente, sino que también sean agentes de cambio positivo en la sociedad. La panadería de la vida empresarial puede ser un lugar donde amasamos principios éticos, laminamos la solidaridad y greñamos el compromiso con el bien común.
Así que, a las nuevas generaciones de líderes empresariales, los invitamos a emprender su propio viaje hacia “Itaca”, un viaje largo y rico en aventuras y descubrimientos, guiado por los valores que sustentan la vida y el éxito genuino. El camino hacia un mundo empresarial más ético y humano comienza con cada uno de nosotros, con cada decisión y cada acción que tomamos. En la empresa y en la vida, recordemos siempre las tres energías que mueven el universo: el átomo que nos une, la meditación que nos conecta con nuestro interior y la oración a Dios Padre que nos guía en cada paso. Juntas estas energías aplicadas a la empresa son capaces de tejer
un futuro mejor, y grades historias de amor y éxito como la de Don Javier Millán.
Postcriptum
Agradezco a la USEM por permitir la convivencia entre líderes empresariales y líderes de comunicación, y así dar a conocer historias como la de Javier Millán, con el fin de crear un tejido social más fuerte y ético, donde los valores se entrelacen como el pan de la vida.
Dra. Patricia Garza Peraza, Miembro del Claustro de Formadores USEM.